miércoles, 6 de junio de 2012

Inflar qué




Nos movemos en tiempos de cambio continuos. Vamos deviniendo en seres distintos de acuerdo a diversos factores intrínsecos y externos. Las culturas van tomando diferentes formas, siendo su naturaleza de índole híbrida. Algunos sistemas sociales van mutando y otros parecen conservarse. Los contextos van sufriendo transformaciones...
Y en Argentina se esta dando un proceso económico-social interesante. Es el llamado período inflacionario. Esto ya se dio en otros contextos históricos, y puede darse (y se dio) en otras economías del mundo, de acuerdo a atravesamientos distintos.
Ya hace más de 12 años que es un tema recurrente en los medios de comunicación y también en los diálogos y las conversaciones que tenemos diariamente con los demás. Decimos, por ejemplo: "aumento el gas, el taxi, el kilo de helado, el kilo de asado, tu bebida preferida", "viste que cara esta la ropa", "el dolar subió 10 centavos", el Indec registro una inflación de 0,6%, etc.
Los precios suben. No me interesa meterme en un debate económico ni estudiar lo que ocurre desde la perspectiva económica, sino el propiciarle una mirada de lo que ocurre en el contexto en el cual soy un habitante y ciudadano más de este país; un observador más en este hermoso espacio-tiempo de Buenos Aires. Observo lo que pasa, y me veo imvolucrado en las conversaciones. Surgen diversas emociones y predisposiciones: enojos, broncas, quejas, críticas, reclamos, negaciones, indiferencia, cierto grado de apertura al tema, contradicciones, y alegrías si hay aumento del sueldo (risas). Se va conjugando y mezclándose a los estados de ánimo de las personas y de los contextos mismos, entre ellos, interpreto que se destacan, los de resignación ("no hay nada que hacer") y resentimiento ("otra vez, la misma mier..!"); y pocos son los que están en calma, en paz, en equilibrio, siendo conscientes de lo que ocurre, y otros pocos que saben como adaptarse a estos cambios y seguir trabajando en proyectos y en emprendimientos.
¿Qué cosa no aumento? Nada. Todo aumento en grados distintos y dependiendo a que cosa nos refiramos. Ya no son los mismos precios que hace 8 años, que hace 5, que hace 1, y que hace 3 meses. Interpretamos que los precios (lo que valen las cosas) aumentan, y lo que rescato de esto, es que pareciera que no va a parar. Que no hubiera límites. Que no hubiera estabilidad y cierto equilibrio. Siendo conscientes de que hay cosas que dependen y fundamentalmente no dependen de mí. Que, más allá de afirmar que nos vamos moviendo con los cambios, y que las cosas y las circunstancias van siendo distintas, cambiadas, mutadas, no hay como un stop. No hay como un detenerse y un "respirar" y un "observar" el mundo desde afuera. ¿Es acaso esto posible? Me recuerda a la frase: "stop the world, I want to get off" ("paren el mundo, me quiero bajar"). Pareciera que estuviéramos corriendo en una carrera. ¿De qué se trata esta forma de vivir? ¿Qué nos mueve a estar "corriendo"? ¿Es posible interpretar de otra forma diferente la forma en que vivimos? ¿Cuál sería?
¿Existe en nuestras manos un "depende de mi"? ¿Es ilusorio y irónico, por ejemplo, la idea de pedir por un convenio social para frenar en aumento de precios indiscriminado, y acordar comunitariamente, sea un local, una empresa, una tienda, un restaurant, un bar, una organización, institución, ministerio, asociación, lo que sea, para acordar un pacto inflacionario pautado y organizado? Tal vez, una interpretación reconocida sea esta "agresividad" de cambios bruscos que sacuden y movilizan a los sujetos en este territorio. Aumentamos, porque vemos que el otro o las otras cosas también aumentaron. Parece que se formara la famosa metáfora de bola de nieve, efecto domino, o efecto mariposa. Y he escuchado de varias personas como cerrando este tipo de conversaciones con la frase: "esto en cualquier momento colapsa, se va todo a la mier.."! (risas). Es interesante como esta sensación apocalíptica aparece en cada año en diversas situaciones y acontecimientos. ¿Qué les parece? ¿Es posible hacer un pacto social, como un contrato social económico de equidad y equilibrio liviano?
Esto, puede estar sujetos a contradicciones, que pueden provenir de interpretaciones económicas. Pero, el cambio monetario sigue variando, el dolar sigue aumentando. Y el peso argentino sigue perdiendo valor. Sin meterme en temas políticos también y temas que están a la orden del día, ¿de que se trata esto de que nuestra moneda pierda valor? ¿cómo afecta emocionalmente a los seres humanos que viven en la Argentina? ¿acaso esto nos deriva a un tema también filosófico como es la valoración y el reconocimiento? Y tal vez, podemos salir por fuera del sentido que ofrece la economía, para apoyar una causa social más igualitaria, justa, equilibrada y a la vez de crecimiento para todos los sujetos y para la nación. No hay una única propuesta, ni soluciones facilitadoras, ni tal vez resoluciones de problemas. ¿cómo podemos adaptarnos a estos nuevos tiempos?
¿Va haber un stop en los aumentos y nos vamos a encontrar con cierta estabilidad? ¿Es posible encontrarnos con una cierta firmeza en estos tiempos de inestabilidad? ¿Estaremos buscando seguridad en cosas externas? ¿Donde esta puesta nuestra valoración? ¿Cómo nos estamos preparando para confrontar, conversar y relacionarnos sobre estas transformaciones?




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