Abrí tu mente, expandí tu observador. Vayamos al encuentro con el otro, liberándonos de las ataduras de nuestros propios condicionamientos. Tu observación, a su vez, se encuentra filtrada, entre otras cosas, por tu historia, contexto en el cual vivís, el lenguaje, creencias y emociones. ¿Cuáles son los hechos y cuáles son las interpretaciones?, ¿Cuáles son las circunstancias y cuáles tus opiniones al respecto? La invitación es a fundamentar aquellos juicios y opiniones. Ir al encuentro con el otro, es primero escucharlo; dialogar con él. En ello radica la maravillosa complejidad y diversidad que tenemos como seres humanos. Solemos comprar historias, y solemos construir sentido sobre interpretaciones que sobrevuelan la simplificación y el reduccionismo. La invitación es a tomar conciencia de ello. Romper con las barreras de la indiferencia y la negación. Aceptar, aprender, emprender, agradecer, transformar. Reconocer al otro como legítimo otro sobre el respeto, el amor y la celebración de la diferencia. Elegir la co-edificación: crecer con el otro.
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